Nebreda, F.; Sevilla, I._2019
TEXTOS: Felipe Nebreda e Ignacio Sevilla
ILUSTRACIONES: Ignacio Sevilla
FOTOGRAFÍAS: Felipe Nebreda e Ignacio Sevilla
EDITA: Ayuntamiento de Avila
FINANCIA: Ayuntamiento de Ávila y Junta de Castilla y León



Pulse sobre el enlace para acceder al documento de "Biodiversidad en el término municipal de Ávila"

https://www.dropbox.com/s/j6nv959v96oyojc/Biodiversidad%20en%20el%20termino%20municipal%20de%20Avila.pdf?dl=0


INTRODUCCIÓN:
Ávila es sobradamente conocida por su patrimonio cultural e histórico, sus grandes
personajes que han dejado huella en la historia de nuestro país, su variada
gastronomía... pero cuenta con un pilar más entre sus posesiones más preciadas, su
amplísimo y diverso PATRIMONIO NATURAL.
Con casi 400 especies de fauna catalogadas en esta publicación (sin profundizar en
el mundo de los insectos e invertebrados) y una red de espacios verdes digna de
mención, podemos afirmar sin temor a equivocarnos, que estamos en una de las
capitales de provincia con mayor riqueza natural en el territorio nacional.
Las aves más emblemáticas de la península, como el Águila imperial ibérica o el
Buitre negro, surcan nuestros cielos, y desde allí contemplan el entramado urbano
que ha sabido combinar las necesidades de expansión y crecimiento con el respeto y
la integración de los espacios verdes, que salpican la ciudad, convirtiéndose en
refugio para multitud de especies.
No en vano, el río Adaja fluyendo de sur a norte y su tributario el Chico, entrando
desde el este, son aunténticos corredores naturales y se encuentran perfectamente
integrados entre los abulenses.
Más de 20 parques con cierta entidad nos permiten conectar con estas pequeñas
muestras de naturaleza transformada, donde multitud de especies han encontrado
un buen lugar donde refugiarse, alimentarse y prosperar.
Mención especial merece El Soto. Un parque periurbano en el que se demuestra que
la combinación entre el ocio y el esparcimiento de los ciudadanos y la conservación
de su patrimonio natural es perfectamente posible.
Pero incluso la propia ciudad y sus infraestructuras son un entorno amable para
especies como el vencejo, que cada año, al regresar de tierras africanas para sacar
adelante a su descendencia, elige, entre otros espacios, nuestra querida muralla,
convirtiendo en un espectáculo un paseo por la misma en las tardes de primavera y
verano.
En definitiva, gozamos de la fortuna de encontrarnos en una ciudad tranquila y
amable, no sólo para nosotros sino para diversidad de especies de fauna silvestre.
Esta situación, además de enorgullecernos, debe llevar aparejada cierta
responsabilidad para, entre todos, mantener el respeto por la convivencia y la
conservación de nuestro patrimonio natural.