Ávila ajardinada en blanco y negro. Crónica 20. El parque de san antonio (1)
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El jardín que conocemos empezó a ordenarse y funcionar como un parque a partir de 1859, siendo el fruto de numerosas intervenciones y atenciones, así como de continuas renovaciones de plantas, arreglos de paseos, renovación de fuentes, reposición de calles y paseos, etc. Así, en 1865 Quadrado lo describe como “la fresca y deliciosa arboleda de San Antonio, que, con sus oscuras calles y glorietas, con su famosa fuente del dragón y con el convento que a su extremo se levanta, brotó del árido suelo por una inspiración tan poética como piadosa del noble Rodrigo del Águila a fines del siglo XVI”. Posteriormente, hubo que lamentar la desaparición de la hermosa alameda, “pues secándose los árboles, efecto de una enfermedad que les acometió, se hizo preciso cortarlos todos, o casi todos, y esto se hizo el año de 1872, reemplazándola con bonitos y lindos jardines, y variedad y abundancia de árboles que adornan los espaciosos paseos nuevamente construidos, y además de la fuente titulada de La Sierpe, otra bella y caprichosa con sorprendentes y vistosos surtidores y juegos de agua, se ha colocado en el medio del paseo central: esto constituye ahora el paseo de San Antonio”.
Jesús Mª Sanchidrián Gallego
(Foto: Fuente de la Sierpe en el Jardín de San Antonio. Isidro Benito Domínguez, hacia 1898)
Publicado en
Crónicas Abulenses IV