Los siete gigantes o “gigantones” que se pueden ver en las calles de Ávila, ataviados con trajes folklóricos o representando a otros continentes, se encuentran expuestos en este espacio, tras ser adquiridos en el año 1905 con una donación que realizó una vecina de la ciudad.
Junto a ellos, se encuentran los cabezudos de menor tamaño a los que también se puede ver desfilando por las calles y plazas de la ciudad que representan el cuento de Blancanieves y los siete enanitos.
Y la exposición, que puede verse en la primera de las capillas laterales del Auditorio Municipal de San Francisco, se completa con los dos cabezudos tradicionales de los desfiles abulenses: Pepona y Tadeo. Estos cabezudos fueron obra del delineante municipal Pedro del Castillo y representan a dos “tipos” o personajes locales del momento, inspirados en el folklore del Valle Amblés.
Con el objeto de que puedan ser contemplados de forma permanente, en vez de tenerlos a resguardo, el Ayuntamiento de Ávila ha acondicionado este espacio del Auditorio Municipal de San Francisco, para que puedan ser contemplados por abulenses y visitantes, de modo que se encuentran los gigantes, realizados en cartón piedra y con sus respectivos armazones; los enanitos apoyados directamente sobre el pavimento y los dos cabezudos, en unos soportes instalados para su exposición.