Se habían talado numerosos árboles para un cuartel que luego no se hizo, se construyó un estadio municipal, se proyectaron diversas edificaciones (invernadero y oficina de turismo) se cedieron terrenos para viviendas, se producía un pastoreo abusivo de ovejas y entrada de ganado, escasean los recursos destinados al cuidado del jardín, etc. Y todo esto pegando mordiscos a la antigua alameda ya rejuvenecida, la cual poco a poco, y a veces con penurias, pasa a integrarse en la ciudad como un jardín urbano que quiere señorear un nuevo aspecto desprendiéndose del antiguo aire campestre que mantenía desde su creación en el siglo XVI.
La fotografía se ocupó del jardín de San Antonio de la mano del arquitecto diocesano de Ávila Isidro Benito Domínguez en una vista general que tomó hacia 1894 y en otras de la fuente de la Sierpe.
Jesús Mª Sanchidrián Gallego
(Foto: Paseo del Jardín de San Antonio. Tarjeta Postal, hacia 1914)