Ávila ajardinada en blanco y negro. Crónica 23. El Parque de San Antonio (4)
La promoción del parque continuó en la primera mitad del siglo XX a través de dedicatorias en verso y la edición de las tarjetas postales, en las que aparecen retratados un jardín casi idílico con la muchachería alrededor de las fuentes y el convento de frailes franciscanos que santifican el lugar desde hace siglos.
Más aún, es el tema de emotivas narraciones, como la que escribió Antonio Veredas en 1939 mostrando profundos sentimientos comunes a los abulenses:
“El parque encantador de San Antonio es donde triunfa la poesía del color de las estaciones, la poesía de la luz del sol y la luna entre la enramada, la poesía de la música de los trinos y cantos de los pájaros, la poesía del amor de parejas de enamorados que se arrullan entre la frondosidad de los lilos, la poesía de la religión con el humilde convento franciscano, la poesía del arte labrado en la fuente de la Sierpe que refleja lánguidas formas de unos sauces llorones, y la poesía de la vejez de unos álamos milenarios heridos del tiempo. Es aquí donde se oye la voz del viento que juega con las hojas de los árboles, la voz del agua que resbala por las regueras, la voz de las campanitas que congregan a las niñas casaderas de Ávila, y la voz de la fiesta y la sana alegría en honor de San Antonio de Padua”.
Jesús Mª Sanchidrián gallego
(Foto: Paseo del Jardín de San Antonio. Tarjeta Postal, hacia 1914)
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Crónicas Abulenses IV