El origen y la realidad física de la plaza que conocemos se remontan al momento de la construcción de los monumentos que la circundan, coincidiendo entonces con los años de la repoblación iniciada en el siglo XI y la construcción de la muralla, cumpliendo desde entonces como función primordial la de ser un centro comercial abierto, es decir un mercado al aire libre de celebración semanal.
Aunque el Grande nunca ha sido un parque, ni tampoco un verdadero jardín, lo cierto es tradicionalmente ha servido también como espacio de recreo, ocio, paseo, entretenimiento y descanso. La vegetación y el arbolado han sido replantados en multitud de ocasiones en la plaza, si bien no con la intención de crear un espacio ajardinado al estilo de lo que se hizo en las plazas mayores de Madrid o Salamanca
Jesús Mª Sanchidrián Gallego
(Foto: Plaza del Mercado Grande. Jean Laurent, hacia 1864)