El Mercado Grande también fue el escenario donde los más desfavorecidos se manifiestan a favor de sus justas reivindicaciones. Buen ejemplo de ello fue la manifestación de novecientos jornaleros el 9 de mayo de 1890 bajo el lema “Paz y trabajo”, que partiendo del Jardín del Recreo se dirigieron al Gobierno Civil y el Ayuntamiento para reclamar y plantear sus derechos y necesidades.
Miradas, tactos expresiones, movimientos… favorecerán el vínculo afectivo.
El engalanamiento de calles y plazas tradicionalmente ha formado parte del ceremonial festivo que organizaba la ciudad con motivo de las visitas regias y fechas conmemorativas, y como muestra del fervor religioso, todo con un afán de autoafirmación y poderío político de las autoridades concejiles y eclesiásticas.
Otros recibimientos reales se sucedieron a lo largo de la historia, lo que se producía en la plaza del Mercado Chico, donde se encuentra el ayuntamiento, y en los que la plaza del Mercado Grande también participaba con actos de júbilo, pues por su puerta se hacían los monarcas parada y entrada, allí se les recibía, se les hacía entrega de las llaves de la ciudad, y se les pedía la confirmación de privilegios, usos y costumbres.