La concentración de ganados junto a la muralla ha sido una costumbre tradicional que tenía su máximo exponente en lienzo norte en el Teso del Carmen durante las ferias de San Julián de finales de junio, y al sur de la ciudad en el Teso del Hospital en las ferias de septiembre. En estas fechas se abarrotan las calles de Ávila, sus cafés, posadas y tabernas, de gentes pintorescas, como chalanes, gitanos, ricos ganaderos, familias y tratantes de pueblo.
La carretera de ronda deja al fondo el río Adaja, la fábrica de harinas y la fábrica de la luz sobre los que se divisa el Cerro de San Mateo, a la izquierda se observa el antiguo cementerio musulmán que se dedica a tierra de labor. A la derecha pastan las vacas, situadas bajo el antiguo hospital viejo convertido en asilo y un grupo de viviendas de planta baja sobre los que se alza la muralla.
La frenética e importante actividad ganadera que se desarrollaba en Ávila hizo que el Ayuntamiento construyera años después un mercado de ganados en los cercados de San Segundo, San Lorenzo y Los Almendros. En solar vacante entonces del Teso del Hospital se construyó un grupo de viviendas sociales, igual que recientemente también ha sido edificado el solar del antiguo cementerio musulmán. (Jesús Mª Sanchidrián Gallego).